Nos levantamos todos los días con el horrible sonido del despertador y se nos hace cuesta arriba, pero no podemos dejar que la pereza se apodere de nosotras. Tenemos que comenzar el día dedicándonos un poco de tiempo para arreglarnos y sentirnos las más guapas.
Como decíamos, tras habernos levantado, lo mejor es hacer un par de estiramientos...solo para despejarnos. Estirar los brazos, todo lo que puedas hacia delante y luego hacia arriba. Nos lavamos la cara con agua fresca y ya estaremos listas para comenzar una sencilla rutina que no nos llevará ni 20 minutos.
Lo primero es aplicar una base de maquillaje, que nos va a proteger y a unificar el color del rostro. Usa siempre la que mejor vaya con tu rostro, podrás ayudarte de una esponjita, para que quede más uniforme.
Aplicaremos un corrector alrededor de los ojos, recuerda que debe de ser más claro que tu tono de piel. Puedes aplicarlo también en esas pequeñas imperfecciones como granitos o zonas más rojas.
Con una esponja humedecida, aplicarás el maquillaje. Será mucho mejor si usas polvos compactos o una BB cream, ya que hará doble función: te hidrata y da ese color igual que lo hace el maquillaje.
Luego, pasaremos a las sombras. No necesitamos pasarnos demasiado, ya que usaremos una suave y lo que se pretende es iluminar un poco el párpado. Dejaremos los colores más fuertes para la noche.
Puedes usar el lápiz o eyeliner y terminar con un poco de rímel en las pestañas. Llegado a este punto, puedes vestirte, para terminar añadiendo un poco de brillo labial y recoger tu pelo en una coleta.
Sencillo y rápido...¿o no?. Ya estarás perfecta para un duro día de clase. Recuerda que todo es más fácil si la noche anterior dejamos cosas organizadas como la ropa, que nos vamos a poner, en una silla y los productos cosméticos, en su sitio de siempre.
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